Los beneficios del ejercicio físico sobre la salud digestiva

El ejercicio físico desempeña un papel fundamental en la promoción de la salud en general, y su impacto positivo se extiende más allá de la mejora del estado cardiovascular y muscular. En particular, el sistema digestivo se beneficia de forma significativa de la actividad física regular, desencadenando una serie de efectos positivos que contribuyen a la prevención de enfermedades digestivas.

En el artículo de hoy os cuento todos los beneficios del ejercicio y de la actividad física sobre el sistema digestivo.

¿Sabías que el ejercicio además tiene dos superpoderes?

¡Si te quedas, te lo cuento en un momento!

Empezamos:

1. Regula tu intestino

Uno de los beneficios más destacados del ejercicio físico en el sistema digestivo es la mejora del tránsito intestinal. La actividad física estimula el movimiento muscular en el intestino, conocido como peristaltismo, lo que favorece el paso eficiente de los alimentos a lo largo del tracto digestivo. Este flujo regular no solo previene el estreñimiento, sino que también contribuye a la eliminación de toxinas y desechos de manera más efectiva, reduciendo así el riesgo de enfermedades como los divertículos de colon, las hemorroides, la fisura anal y el síndrome del intestino irritable.

2. Controla tu peso

Además, el ejercicio ayuda a mantener un peso corporal saludable, lo que es crucial para la prevención de varias patologías digestivas. El exceso de peso, especialmente en la región abdominal, se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar condiciones como la enfermedad del hígado graso no alcohólico (esteatosis hepática) y la enfermedad por reflujo gastroesofágico. 

También la actividad física regular disminuye el riesgo de muchos tipos de cánceres digestivos que se relacionan con la obesidad como el cáncer de colon, el cáncer de páncreas o el cáncer de estómago.

El ejercicio, combinado con una dieta equilibrada, ayuda a controlar el peso y a prevenir la acumulación de grasa en áreas críticas para la salud digestiva.

¡Vamos con más acciones!

3. Estimula el metabolismo

Estimula el metabolismo de nuestro organismo y favorece la absorción de nutrientes, así como una digestión más eficiente.

4. Mejora la circulación sanguínea

Otro aspecto clave es la promoción de la circulación sanguínea adecuada. El ejercicio mejora el flujo sanguíneo en todo el cuerpo, incluidos los órganos digestivos.

Una circulación eficiente asegura que los tejidos reciben suficiente oxígeno y nutrientes, facilitando así su correcto funcionamiento. Esto es particularmente relevante en el caso del hígado, un órgano vital para la digestión y el metabolismo de nutrientes.

La mejora de la circulación contribuye a prevenir la acumulación de toxinas y a mantener la función hepática en óptimas condiciones.

Y por último os cuento lo prometido:

¡Los superpoderes del ejercicio sobre el sistema digestivo!:

1. El poder vitamina:

El ejercicio estimula la acción de la Microbiota intestinal y esto va a ayudar a la producción de vitaminas como las del grupo B y la vitamina K. Las vitaminas del grupo B se encuentran sobre todo en la carne, huevos y leche. La vitamina K se encuentra de forma frecuente en algunas hortalizas como las espinacas, el brócoli o la lechuga.

2. El poder sobre el eje Cerebro-Intestino

El ejercicio ayuda a mejorar el equilibrio de la Microbiota y esto influye de manera positiva sobre el control de nuestras emociones, gracias a la comunicación directa entre el cerebro y el intestino, gracias al eje cerebro-intestino.

La reducción del estrés gracias al ejercicio juega un papel importante en la prevención de enfermedades digestivas. El estrés crónico está vinculado a afecciones como el síndrome del intestino irritable y las úlceras de estómago.

La actividad física libera endorfinas, conocidas como las «hormonas de la felicidad», que ayudan a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Esta respuesta hormonal positiva tiene efectos beneficiosos en la función digestiva, contribuyendo así a la prevención de enfermedades asociadas al estrés.

¿Y qué tipo de ejercicio es el más recomendable para el aparato digestivo?

La respuesta correcta es que no un solo tipo de ejercicio vale para todo, este puede variar según la persona y el tipo de enfermedad.

También es importante destacar que no se requieren ejercicios intensos para obtener beneficios significativos para la salud digestiva. Incluso actividades moderadas, como salir a caminar, nadar o practicar yoga, pueden tener un impacto positivo.

En las zonas más longevas del mundo, las denominadas zonas azules, en donde la gente puede llegar a vivir más de 100 años, se ha visto una relación directa entre la realización de actividad física diaria y la mejora de la salud. Esta actividad física no consiste en realizar deporte intenso a diario, sino que, con sólo salir a caminar, trabajar en el jardín, o subir escaleras ya obtendríamos ventajas.

La constancia es la clave; establecer una rutina de ejercicio regular proporciona mejoras a largo plazo para la salud digestiva y general.  

En conclusión, el ejercicio físico desencadena una serie de efectos beneficiosos en el sistema digestivo, contribuyendo a la prevención de enfermedades. Desde la mejora del tránsito intestinal hasta la reducción del estrés, la actividad física regular se posiciona como un pilar fundamental para mantener la salud digestiva y promover un bienestar integral.

Adoptar un estilo de vida activo no solo fortalece los músculos, sino que también nutre y protege el sistema digestivo, proporcionando una base sólida para una vida saludable.