¿Qué es la dispepsia?: Causas, diagnóstico y consejos de vida

El otro día atendí por primera vez a Sara, una paciente que había sido diagnosticada de dispepsia; me consultaba muy preocupada, quería saber: ¿de qué se trata realmente? y ¿qué puedo hacer para curarme?

Antes de continuar, debemos aclarar el concepto de dispepsia:

¿Qué es la dispepsia?

Con el término de dispepsia no nos referimos a una enfermedad, sino a un conjunto de síntomas localizados a nivel de la parte alta del abdomen que estarían causados por distintos trastornos o enfermedades. Se caracteriza por: un dolor o molestia en el abdomen superior, especialmente después de comer. Pero también pueden aparecer otros síntomas típicos como dolor o malestar en el estómago, hinchazón, gases, náuseas o pérdida del apetito.

Cada paciente percibe los síntomas de una manera diferente y esto es debido a la interacción de varios factores como los biológicos, los rasgos de personalidad o los de cultura, entre otros.

En este caso, Sara describía su dispepsia como una sensación de molestia (no de dolor) a nivel del estómago, en ocasiones ardor y sensación de empacho rápido a pesar de haber comido poca cantidad. ¿A ti también te ha pasado alguna vez? ¿Te sientes identificado con ella?

La dispepsia es un trastorno común que afecta a un gran número de personas en todo el mundo. La prevalencia es difícil de establecer con precisión debido a la variabilidad en la definición y los criterios diagnósticos utilizados. Sin embargo, se estima que la dispepsia afecta a entre el 10% y el 30% de la población en los países occidentales y ocupa hasta el 30% de los motivos de consulta de Aparato Digestivo. 

En cuanto a la distribución geográfica, no se ha encontrado una diferencia significativa en la prevalencia de la dispepsia entre países occidentales. Sin embargo, en países en vías de desarrollo se ha observado una mayor prevalencia de dispepsia debido a un mayor número de casos de infección por Helicobacter pylori y una dieta menos variada.

La mayoría de las causas de dispepsia son debidas a procesos agudos que resolverán con o sin ayuda de un tratamiento, por lo que los pacientes no suelen consultar con el médico. Aunque en algunos otros casos la dispepsia puede ser de tipo crónico, y puede llegar a afectar a la calidad de vida del paciente, así como provocar gastos sociales y económicos. Esto se refleja en forma de numerosas visitas al médico, múltiples pruebas diagnósticas, bajas laborales y gastos en medicación.

En el artículo de hoy, y para poder ayudar a Sara, vamos a ver cuáles son las enfermedades y situaciones que con más frecuencia provocan dispepsia, seguido de como se diagnostica y de los consejos de tratamiento más recomendados.

¿Por qué aparece una dispepsia? ¿Qué enfermedades la pueden provocar?

La causa exacta de la dispepsia no siempre está clara, así que los estudios reportan que en un 40% de los casos se encuentra una causa orgánica (una lesión o patología) que explicaría la causa de la dispepsia. No obstante, hasta en un 60% de los pacientes no encontramos una lesión estructural por lo que entonces los médicos hablamos de una dispepsia funcional.

Dentro de las causas orgánicas nos encontramos con un cajón de sastre, desde patologías más benignas o agudas, que serían de tipo pasajero y tienen un tratamiento efectivo, pasando al extremo contrario de las enfermedades más graves, que suelen ser de tipo maligno: como el cáncer de esófago o gástrico.

 Algunas de las causas más comunes de dispepsia son las siguientes:

  1. 1. Causas que afectan al tubo digestivo:
    • Indigestión: la digestión incompleta de los alimentos puede causar molestias y dolor en el área superior del abdomen.
    • Gastritis infecciosa: por Helicobacter pylori, gastroenteritis
    • Úlceras gástricas o duodenales: las úlceras pueden causar dolor y molestias en el estómago.
    • Reflujo gastroesofágico: la acidez estomacal puede refluir en el esófago y causar dolor y molestias en el pecho.
    • Dispepsia funcional: trastornos funcionales como el síndrome del intestino irritable o la dispepsia funcional pueden causar dolor y molestias en el área superior del abdomen sin una causa aparente.
    • Intolerancia alimentaria
    • Cáncer esofágico o gástrico
  2. 2. Medicamentos y tóxicos: alcohol, tabaco, cocaína, cannabis, antiinflamatorios, aspirinas, hierro oral, glucocorticoides, anticonceptivos, metformina, colchicina, etc.
  3. 3. Trastornos del páncreas y de la vía biliar: litiasis o piedras en la vesícula biliar, pancreatitis
  4. 4. Trastornos generales: embarazo, menstruación, diabetes mellitus, patología de tiroides, isquemia miocárdica, insuficiencia cardíaca, etc.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de la dispepsia se basa principalmente en una buena historia clínica y en un examen físico. A través de la entrevista con el paciente, en donde nos contáis vuestros síntomas, hábitos de vida, toma de fármacos, etc., podemos extraer datos importantes que nos guiarán para alcanzar el diagnóstico de sospecha. Teniendo en cuenta la presencia de síntomas de alarma (pérdida de peso, vómitos persistentes), los antecedentes familiares de cáncer y de acuerdo con una exploración física dirigida, el médico puede sospechar si se trata de una «dispepsia grave», y en este caso sería conveniente realizar las exploraciones diagnósticas de forma preferente.

Las pruebas complementarias que se suelen solicitar de forma habitual, teniendo en cuenta los síntomas guía de cada paciente y que nos ayudarán a poner un apellido a la causa son:

  • Pruebas de laboratorio: análisis de sangre y/o heces 
  • Pruebas de imagen: La más solicitada es la Ecografía abdominal, aunque en ciertos casos es necesario realizar una tomografía computarizada o una resonancia magnética abdominal
  • Pruebas de aliento: para estudio de Helicobacter pylori y/o de intolerancias alimentarias
  • Endoscopia digestiva alta o gastroscopia: permite visualizar la existencia de cambios en la mucosa del esófago, del estómago y del duodeno, así como la obtención de biopsias para descartar una infección por H. Pylori y/o enfermedad celíaca

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento de la dispepsia se basa en el tratamiento de la causa subyacente, cuando ésta se ha podido determinar. Es decir, en caso de que a Sara se le diagnostique de una úlcera duodenal, se le prescribirá un tratamiento dirigido para conseguir la cicatrización de la úlcera. Pero si la dispepsia fuera secundaria a una litiasis o piedra en la vesícula biliar, Sara debería pasar por quirófano, dado que el tratamiento de elección en esta situación es la extirpación de la vesícula (o colecistectomía).

  • Para las formas de dispepsia relacionadas con problemas de esófago y de estómago, los medicamentos pueden incluir inhibidores de la bomba de protones, antagonistas de la histamina H2, antiácidos y fármacos procinéticos, entre otros.
  • Si el trastorno es debido a una dispepsia funcional (secundaria a alteraciones del sistema nervioso gastrointestinal), además de tratamiento farmacológico, se pueden recomendar cambios en la dieta, ejercicio y terapia conductual. 
  • Si el trastorno está relacionado con el consumo excesivo de alcohol o tabaco, se puede recomendar dejar de consumirlos. 
  • Los tratamientos adicionales incluyen antiespasmódicos, analgésicos para el alivio sintomático y antidepresivos

Así que como podéis ver, el tipo de tratamiento es muy diferente y está en relación con la enfermedad que provoca la dispepsia. También es importante tener en cuenta que el tratamiento de la dispepsia puede requerir un enfoque multidisciplinar y puede variar dependiendo de la causa subyacente.

Recomendaciones y consejos de vida para la dispepsia:

  1. 1. Dieta recomendada para la dispepsia:

Se pueden recomendar algunas medidas dietéticas para aliviar los síntomas de la dispepsia, aunque es el paciente el que se conoce mejor a sí mismo y es capaz de detectar que factores alimentarios y/o ambientales influyen más en sus síntomas. No obstante, los consejos dietéticos más recomendados de forma general son:

  • Comer pequeñas comidas con frecuencia, en lugar de grandes comidas.
  • Evitar alimentos y bebidas que pueden agravar los síntomas, como: alimentos fritos, grasos, picantes, café, alcohol, bebidas con gas.
  • Consumir alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y cereales integrales, para ayudar a regular el tránsito intestinal.
  • Beber suficiente agua para mantenerse hidratado y ayudar a digerir los alimentos.
  1. 2. Consejos de vida:
  • Evitar comer justo antes de acostarse
  • Evitar el tabaco
  • Evitar fármacos como antiinflamatorios, aspirinas, hierro oral
  • Evitar el sobrepeso, así como llevar ropa o cinturones ajustados
  • Evitar el estrés: El estrés puede afectar la digestión y favorecer la aparición de muchos trastornos digestivos como la úlcera péptica, el reflujo gastroesofágico o la inflamación aguda del estómago (gastritis), trastornos del sistema nervioso gastrointestinal (como la dispepsia funcional)
  • Usar técnicas de relajación: como la meditación y yoga para reducir el estrés, ya que el estrés puede agravar los síntomas de la dispepsia

¿Las infusiones de hierbas pueden ser útiles para el estómago?

Hay algunas plantas y especies que se han utilizado tradicionalmente para tratar los problemas del estómago ya desde la antigua Grecia, Roma o China. Por ejemplo, la manzanilla se ha utilizado como un antiinflamatorio y analgésico para el estómago, y se cree que ayuda a calmar la indigestión y el dolor abdominal. Otros ejemplos incluyen el jengibre, que se ha utilizado para tratar la náusea y los vómitos, y la menta, que se ha utilizado para tratar la indigestión y los cólicos. Sin embargo, es importante señalar que aunque hay alguna evidencia científica que respalda el uso de estas plantas para tratar problemas estomacales, es necesario hacer más estudios para confirmar su seguridad y eficacia.

¿Cuándo debo consultar con el médico?

Es recomendable consultar a un médico ya sea inicialmente con el médico de familia o con el especialista en Aparato digestivo para establecer un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado, en una o varias de estas situaciones:

  • Si tienes molestias cada semana
  • Si los síntomas persisten a pesar de tomar antiácidos
  • Si aparece dificultad para tragar
  • Si tienes náuseas o vómitos
  • Si has perdido peso
  • O simplemente, cuando la molestia interfiere con tu estilo de vida o actividades diarias

Si quieres podemos agendar una visita médica por videoconsulta a través de mi despacho de telemedicina: fortalezadigestiva.com, y también te puedo solicitar todas las exploraciones necesarias.