¿Por qué suenan las tripas? Aprende a diferenciar si es algo normal o una señal de alerta

Es habitual que muchos de vosotros me preguntéis en la consulta ¿por qué suenan las tripas?

Es una preocupación bastante frecuente y a menudo os interesa saber si esto es normal o si por el contrario, detrás se puede ocultar alguna patología digestiva.

¿Reconoces alguna de estas situaciones:

Alguna vez te ha pasado que, estando en clase, en una reunión importante o en el trabajo, tus tripas han comenzado a “rugir” sin razón aparente, sin que tengas hambre?

Si la respuesta es un sí:

¡Quédate y te cuento por que pasa todo esto y más!

Los ruidos intestinales, también denominados «borborigmos», son sonidos que se producen durante el proceso digestivo. Aunque pueden ser molestos y nos avergüenzan en ciertas situaciones, en la mayoría de los casos, son una señal de que tu sistema digestivo está funcionando bien. Pero ¿ qué es lo que causa estos ruidos? ¿Cuándo se consideran normales y cuándo pueden ser señal de una patología?

El proceso de la digestión: ¿Qué sucede en tu interior?

La digestión es un proceso complejo y hay que imaginarlo como si se tratara de la cadena de desmontaje de una fábrica. Los alimentos que ingerimos se procesan a lo largo de todo el sistema digestivo con el objetivo de descomponerlos en partículas más pequeñas que denominamos nutrientes. Los nutrientes son absorbidos por nuestro organismo y utilizados como fuente de energía por las células.

La digestión se inicia en la boca, donde los alimentos son masticados y mezclados con la saliva que contiene enzimas digestivas. Este bolo alimenticio avanza hacia al estómago a través del esófago, donde se mezcla con los jugos gástricos que continúan con el proceso de la digestión.

El intestino delgado es la siguiente estación, donde la mayor parte de la absorción de nutrientes ocurre con la ayuda de más enzimas y la bilis. El contenido alimentario que no somos capaces de absorber o digerir, pasa a la última estación, al intestino grueso, donde se acabará de descomponer gracias a la ayuda de la microbiota. Finalmente, con los restos que no podemos aprovechar se forman las heces, que serán eliminadas a través del ano.

¿Por qué hace ruido el intestino? El origen de los borborigmos.

Como hemos visto la digestión es un proceso vivo y continuo, activado por el movimiento de los músculos de tubo digestivo. Este movimiento se conoce como peristalsis o movimientos peristálticos y son los responsables de generar sonidos que a menudo percibimos como «ruidos de tripas».

Estos sonidos provienen principalmente del movimiento de la mezcla de gases, líquidos y alimentos cuando circulan a través del tracto digestivo. Las paredes del intestino están recubiertas por músculos que funcionan como un acordeón: se contraen y relajan para empujar el contenido hacia adelante, gracias a la peristalsis. La mezcla de todo este contenido alimentario al circular por el intestino produce estos ruidos característicos, de forma similar a lo que hace el agua cuando baja por una tubería.

Algunos factores que contribuyen a que nos suenen las tripas:

  • Tragar aire al comer, hablar o beber.
  • Líquidos: Los líquidos mezclados con el contenido intestinal pueden producir burbujeos o ruidos a medida que avanzan.
  • Movimientos peristálticos (contracciones musculares) que transportan alimentos, líquidos y aire.
  • Bacterias intestinales: la microbiota al final del proceso digestivo se encarga de descomponer algunos restos alimentarios para obtener energía, producir vitaminas y sustancias beneficiosas para nuestra salud. Como consecuencia de este proceso de fermentación se generan gases que al desplazarse causarán los molestos ruidos.

Ruidos fisiológicos: ¿Cuándo son normales?

Los ruidos intestinales ocurren de forma normal como parte del proceso digestivo y no deben ser motivo de alarma.

Algunas situaciones donde los ruidos son normales:

  • Justo después de comer: El proceso de digestión se activa, aumentando el movimiento de los intestinos.
  • Cuando tienes hambre: El estómago vacío produce señales hormonales, como la grelina, que estimulan los movimientos del tracto digestivo para prepararse para comer.
  • Durante la digestión nocturna: Incluso cuando duermes, el intestino sigue trabajando: procesa y absorbe nutrientes.
  • Al final de la digestión: Cuando ya hemos completado todo el proceso, el músculo del intestino realiza pequeñas contracciones rítmicas con el objetivo de «limpiarlo» de los restos de alimentos, bacterias y secreciones. De este modo actúa como un coche escoba, y así deja al intestino listo para la próxima comida.

Los ruidos fisiológicos suelen ser suaves, aunque en ocasiones, pueden ser más fuertes dependiendo del tipo de alimentos ingeridos o la cantidad de aire tragado.

Diagrama que muestra todo el proceso digestivo

Ruidos anormales: ¿Cuándo son señal de un problema?

Existen algunos trastornos y enfermedades digestivas que pueden alterar el movimiento del intestino y producir sonidos fuertes o excesivos. Es importante prestar atención a otros síntomas que los acompañan, como dolor de barriga, nauseas/vómitos, diarrea, estreñimiento o cambios repentinos en el tipo de sonidos.

Algunos ejemplos de trastornos o patologías que producen ruidos anormales incluyen:

  • Síndrome de intestino irritable (colon irritable): Este trastorno puede causar un aumento de la actividad intestinal, asociado con borborigmos, exagerados, dolor e hinchazón abdominal.
  • Gastroenteritis: Las infecciones suelen provocar movimientos rápidos, inflamación, gases y ruidos con la misión de expulsar a los gérmenes invasores.
  • Malabsorción: En el caso de las intolerancias alimentarias (a la lactosa, a la fructosa/sorbitol) y en la enfermedad celíaca se generan gases excesivos, diarrea y ruidos intestinales.
  • Obstrucción intestinal: Cuando hay un atasco en el intestino y los alimentos no pueden circular de forma correcta. En este caso el tipo de sonido es muy característico, de timbre agudo y metálico, y tras un tiempo de “lucha” puede desaparecer pasando a una fase de silencio, lo que puede ser una urgencia médica.
  • Inflamación intestinal (como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa): Las enfermedades inflamatorias del intestino también pueden alterar el ritmo y producir ruidos anormales.
  • Hipermotilidad intestinal: El intestino se mueve más rápido de lo normal. Esto puede suceder por el estrés, algunos medicamentos o en algunas patologías médicas.

Cómo mejorar y prevenir los ruidos intestinales

El tratamiento para los ruidos intestinales aumentados depende de la causa subyacente, pero hay diversas estrategias generales que pueden emplearse para aliviar este síntoma. Vamos a ver algunos consejos útiles:

1. Tratamiento específico de las patologías que los provocan:

  • Para las intolerancias alimentarias: En el caso de intolerancia a la lactosa evitaremos todos los productos que contengan lactosa, y si fuera necesario se pueden tomar enzimas como la lactasa que ayuda a la digestión de la lactosa.
  • Para la enfermedad celíaca: Indicaremos una dieta sin alimentos y productos que contengan gluten
  • Para el síndrome de intestino irritable: El médico recomendará la dieta que más convenga en cada caso, acompañada de medicamentos para controlar el dolor y regular la función intestinal.
  • En casos de infección o gastroenteritis aguda: En algunos casos puede ser necesario el tratamiento con antibióticos, reposición de líquidos y un período de dieta astringente.

2.Cambios en la dieta:

  • Evitar alimentos que generan más gases: Limita el consumo de alimentos como legumbres, brócoli, col, coliflor, cebolla, refrescos con gas y edulcorantes artificiales como el sorbitol, que suelen producir gases y aumentar los ruidos intestinales.
  • Limitar el consumo de fibra integral: La fibra puede ser beneficiosa para regularizar la motilidad intestinal, pero debe introducirse de manera gradual para evitar gases y molestias adicionales.

3. Control de la ingesta de aire:

  • Mastica despacio y come con calma para evitar tragar aire.
  • Evita el chicle y los caramelos, ya que estas prácticas pueden llevar a la ingesta de más aire, aumentando la distensión abdominal y los ruidos.

4. Manejo del estrés:

  • Pruebas técnicas de relajación como la meditación, el yoga o ejercicios de respiración profunda. El estrés y la ansiedad pueden acrecentar los ruidos intestinales, sobre todo en personas con síndrome de intestino irritable.
  • Ejercicio físico regular: El ejercicio moderado ayuda a mejorar la función intestinal y a reducir el estrés.

5. Evita alimentos/substancias irritantes:

  • Reduce el consumo de cafeína, alcohol y alimentos picantes, ya que estos pueden irritar el tracto digestivo y contribuir al aumento de los movimientos del intestino.

6. Hidratación adecuada:

  • Beber suficiente agua es importante para mantener el tránsito intestinal y prevenir problemas como el estreñimiento, lo que puede contribuir a un aumento de los ruidos.

7. Infusiones y especies:

  • Pueden ayudar a disminuir la formación de gases y a disminuir la aparición de ruidos. Infusiones de menta, manzanilla, jengibre o hinojo, así como las especies de anís, comino o cardamomo, serían algunos ejemplos.

8. Medicamentos:

  • Antiespasmódicos: En algunos casos, el médico puede recetar antiespasmódicos para reducir los movimientos excesivos del intestino y aliviar los ruidos.
  • Antiespumantes: Son fármacos que ayudan a romper las burbujas de gas en el tracto digestivo, aliviando la hinchazón y los borborigmos excesivos.
  • Probióticos: En algunos casos pueden ser útiles para mejorar el equilibrio de la microbiota intestinal y reducir los gases.

9. Consulta médica personalizada:

  • Estas recomendaciones pueden ayudar a reducir la intensidad y frecuencia de los ruidos intestinales en general, pero es importante individualizar el manejo en función de la causa específica y la tolerancia de cada persona a las diferentes terapéuticas.

¿Cuándo debes consultar con un médico?

Aunque como hemos visto hasta ahora, los ruidos intestinales suelen ser normales, hay situaciones en las que debes prestar atención.

Algunas señales de alerta incluyen:

  • Dolor abdominal intenso o persistente.
  • Distensión o hinchazón abdominal importante.
  • Cambios repentinos en el patrón de los ruidos intestinales, como ausencia total de sonidos.
  • Vómitos persistentes o diarrea/estreñimiento.
  • Pérdida de peso inexplicable o cambios en el apetito.
  • Sangre en las heces.

Conclusión:

Los ruidos o sonidos del intestino forman parte del funcionamiento normal del sistema digestivo. No obstante, si notas cambios preocupantes o síntomas adicionales, es importante consultar a un médico para evaluar posibles causas subyacentes. Entender por qué se producen estos ruidos puede ayudarle a identificar lo que es normal y cuándo es momento de buscar orientación profesional.