Cúrcuma y salud digestiva, hoy te cuento todos sus beneficios sobre el aparato digestivo y sobre su utilidad en algunos trastornos digestivos. En este artículo también te descubro en qué situaciones debemos tener precaución para tomarla y qué dosis son las más recomendadas, entre otros muchos más temas.
Pero antes un poco de historia sobre el origen de la cúrcuma,
El tesoro dorado
Desde tiempos inmemoriales, la cúrcuma ( Curcuma longa ) ha sido considerada una «regalo» tanto en la cocina como en la medicina tradicional. Su característico color dorado y su aroma especial han dejado huella en civilizaciones antiguas, que la veneraban no solo como especia, sino como un remedio sagrado.
Los primeros registros sobre el uso de la cúrcuma se remontan a más de 4.000 años en la India, donde era un pilar fundamental en la medicina ayurvédica. Se empleaba para tratar trastornos digestivos, mejorar la circulación y aliviar la inflamación. Además, su tonalidad tan alegre la convirtió en un símbolo de prosperidad y se utilizaba en ceremonias religiosas y rituales de purificación.
La cúrcuma no tardó en expandirse más allá de la India. En la medicina tradicional china, se valoraba por sus efectos beneficiosos sobre el hígado y la sangre. En la cultura persa y árabe, se introdujo como parte de la farmacopea islámica y se comercializaba a lo largo de la Ruta de la Seda. Con la expansión del Imperio Otomano y los viajes de exploradores europeos, su uso se expandió a Occidente, donde comenzó a estudiarse científicamente.
En la gastronomía, la cúrcuma ha sido protagonista en currys, guisos y bebidas medicinales, como la famosa «leche dorada». Su papel como colorante natural la llevó a ser conocida como el «azafrán de los pobres».
Hoy en día, la cúrcuma sigue siendo objeto de investigación por su potencial terapéutico, especialmente en la salud digestiva. Su compuesto activo, la curcumina, ha despertado el interés de la ciencia moderna por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, moduladoras de la microbiota intestinal y por todo ello, tiene un efecto antienvejecimiento.
Desde los antiguos médicos hasta los laboratorios actuales, la cúrcuma ha recorrido un largo camino, pero su esencia sigue siendo la misma: un remedio dorado con el poder de sanar desde el interior.
¿Qué es la cúrcuma?
La cúrcuma (Curcuma longa ) es una planta originaria del sudeste asiático. El componente de la planta con poder medicinal se denomina curcumina y se encuentra en su rizoma (o raíz). La curcumina es un polifenol con propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antimicrobianas. La cúrcuma se ha popularizado en la medicina moderna por sus posibles beneficios para diversas patologías, incluyendo las enfermedades digestivas.
Beneficios generales de la cúrcuma para la salud
La curcumina ha demostrado múltiples efectos beneficiosos en estudios preclínicos y clínicos:
- Propiedades antiinflamatorias: Modula la expresión de citoquinas proinflamatorias como TNF-α, IL-6 e IL-1β.
- Actividad antioxidante: Neutraliza especies reactivas de oxígeno (ROS) y promueve la actividad de enzimas antioxidantes como la superóxido dismutasa.
- Efecto inmunomodulador: Regula la activación de células inmunes y puede influir en la microbiota intestinal.
- Neuroprotección: Estudios sugieren que la curcumina podría prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
- Salud cardiovascular: Puede reducir la inflamación de los vasos sanguíneos y mejorar el perfil del colesterol.
¿La cúrcuma es buena para la salud digestiva?
La cúrcuma ha sido estudiada en varias patologías digestivas, con bastantes buenos resultados:
- Síndrome del intestino irritable (SII): Varios ensayos clínicos han demostrado que la curcumina puede reducir el dolor abdominal y mejorar la calidad de vida en pacientes con SII. Su acción antiinflamatoria y su influencia sobre la microbiota intestinal podrían explicar estos efectos.
- Enfermedad inflamatoria intestinal (EII): En el caso de la colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn, varios estudios han encontrado que la suplementación con curcumina puede ayudar a mejorar los brotes de actividad de la enfermedad. Se cree que su acción sobre el NF-κB y las citoquinas inflamatorias es clave.
- Dispepsia funcional : La curcumina ha mostrado eficacia en la reducción de síntomas como dolor de estómago y distensión abdominal en pacientes con este trastorno.
- Hígado graso no alcohólico (o esteatosis hepática): La suplementación con curcumina ha demostrado mejorar los niveles de transaminasas y marcadores inflamatorios en estos pacientes, posiblemente por su acción antioxidante y antiinflamatoria.
- Gastritis y úlceras pépticas : Algunos estudios sugieren que la curcumina puede ayudar a reducir la inflamación gástrica inducida por la infección por Helicobacter pylori, aunque no sustituye el tratamiento curativo estándar (con antibióticos).
¿Qué efectos tiene la cúrcuma sobre la microbiota intestinal?
La microbiota intestinal desempeña un papel fundamental en la salud digestiva y también en la salud general. Se ha descubierto que la cúrcuma puede influir en la composición y función de la microbiota a través de sus propiedades antimicrobianas, antiinflamatorias y prebióticas.
- Modulación del equilibrio microbiano: La curcumina puede favorecer el crecimiento de bacterias beneficiosas y reducir la proliferación de microorganismos patógenos. En particular, se ha observado un aumento en la abundancia de géneros como Lactobacillus y Bifidobacterium, ambos asociados con efectos probióticos. Por otro lado, la cúrcuma podría reducir el crecimiento de bacterias perjudiciales como Escherichia coli y Clostridium difficile , que están implicadas en procesos inflamatorios y enfermedades intestinales. Esto sugiere un potencial uso de la curcumina como modulador del ecosistema intestinal cuando se encuentra en desequilibrio.
- Reducción de la inflamación intestinal y permeabilidad: La curcumina contribuye a mejorar la integridad de la barrera intestinal, evitando el «intestino permeable». Este efecto se debe a su capacidad para reducir la inflamación local y restaurar la función de las uniones estrechas entre las células epiteliales. En modelos animales, se ha observado que la suplementación con curcumina puede disminuir la translocación de bacterias y toxinas al torrente sanguíneo, un factor importante en las enfermedades inflamatorias sistémicas de bajo grado.
- Efecto prebiótico y producción de metabolitos beneficiosos: La curcumina actúa como un prebiótico al ser metabolizada por ciertas bacterias intestinales, lo que genera compuestos bioactivos con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Además, algunos estudios sugieren que su consumo puede aumentar la producción de ácidos grasos de cadena corta (AGCC), como el butirato, que desempeña un papel esencial en la regulación del metabolismo, la inflamación y la salud del colon.
- Implicaciones en enfermedades asociadas a la microbiota: Dado su impacto en la microbiota intestinal, la cúrcuma podría ser útil en el manejo de enfermedades relacionadas con disbiosis, que hemos visto en el apartado anterior, como el síndrome del intestino irritable, la enfermedad inflamatoria intestinal y la obesidad asociada al síndrome metabólico.
Efectos secundarios de la cúrcuma
En general, la cúrcuma es bien tolerada en las dosis recomendadas, pero algunos efectos secundarios incluyen:
- Molestias gastrointestinales (náuseas, diarrea, dispepsia) en personas sensibles.
- Reacciones alérgicas en casos raros.
- Posible interacción con medicamentos, especialmente anticoagulantes, antiinflamatorios y fármacos metabolizados por el hígado.
Contraindicaciones de la cúrcuma
A pesar de sus beneficios de la cúrcuma en la salud digestiva, no es adecuada para todas las personas. Está contraindicada en:
- Pacientes con obstrucción biliar o cálculos en la vesícula biliar , ya que estimula la producción de bilis y podría agravar la condición.
- Personas con trastornos hemorrágicos o en tratamiento con anticoagulantes, debido a su efecto antiplaquetario.
- Personas en tratamiento con algunos fármacos antidiabéticos y antiinflamatorios
- Mujeres embarazadas, ya que en dosis altas podrían estimular las contracciones uterinas.
- En niños menores de 12 años (no hay evidencia científica sobre si es seguro o no tomarla)
- Pacientes con alergia a la cúrcuma u otras plantas de la familia Zingiberaceae (como el jengibre).
Formas de consumo:
- Cúrcuma natural (raíz)
- En polvo (especia)
- En cápsulas
Ideas para consumirla de forma natural en la alimentación:
- Curry: Es una mezcla de especias que suele incluir cúrcuma, dándole su característico color amarillo.
- Mostaza amarilla: Algunas variedades la contienen como colorante y potenciador de sabor.
- Bebidas vegetales y tés: Se encuentra en infusiones como el «té dorado» que es una mezcla de leche o bebida vegetal, cúrcuma, pimienta negra y canela. También hervida con jengibre, limón y pimienta negra.
- Añadida a guisos y sopas: Potencia el sabor y color en legumbres, estofados y caldos.
- Batidos y smoothies: Combinada con frutas como mango, piña o naranja.
- Arroz y pasta: Da color y un toque ligero especiado.
- Aderezo para ensaladas: En aliños con aceite de oliva, limón y pimienta.
- Horneada con verduras: Especialmente con coliflor, zanahoria o calabaza.
- Mezclada con miel: Para mejorar su absorción y potenciar sus propiedades antiinflamatorias.
Posología y dosis recomendadas:
- Cúrcuma en polvo (especia): De ½-1 cucharadita/día. Si se asocia a pimienta negra y/o a aceite de oliva se absorbe mejor
- Cápsulas de extracto de curcumina: 100-200 mg/día
Conclusiones:
La cúrcuma es un suplemento prometedor para la salud digestiva en general, y con beneficios sobre patologías como el síndrome del intestino irritable, la colitis ulcerosa y la dispepsia funcional. Sin embargo, su uso debe ser individualizado, teniendo en cuenta las contraindicaciones y posibles interacciones medicamentosas. Para maximizar sus beneficios, es importante escoger una formulación con alta absorción y seguir las dosis recomendadas. Como siempre, su uso debe ser supervisado por un profesional de la salud. Si tienes dudas, consulta con tu médico.